INTRODUCCIÓN HISTÓRICA
BOÑAR (BALNEARE o BALNEARIO y lugar de baños)
Se cita por primera vez Boñar en el año 924 con motivo de las donaciones que hace el Conde Guisvado y su esposa Doña Leubina de varias de sus posesiones en media legua a la redonda, para la fundación de San Adrián. Con este motivo se dice que se celebró un concilio en Boñar. En el año 959 firma una escritura Vindemio, como abad en Boñar. En el año 960 se sabe que este monasterio esta dedicado a San Salvador y que fue edificado por el presbítero Saluto Melik.
No obstante es territorio de Boñar pronto, ya en tiempo de íberos y de celtas debieron dedicarse muchas de sus aguas a los baños como lo indica el nombre río PORMA que significa “agua caliente y borbotoneante”, las Caldas de San Adrián y la fuente de la Calda o salud en al misma Villa de Boñar, que lleva la siguiente inscripción:
FONTI SAGIFIGENO
E.CCC.LV.IIS
ALEXIS AQVILEGUS
V.S.L.M.
En ella consta que esta fuente de la salud se construyo en la época de los romanos por Alexio Aquilego cumpliendo un voto.
En la edad media existía en Boñar un condado con castillo o fortaleza, desde el que se gobernaba todo el territorio de Balneario. A ellos hace referencia el actual término de “Los Castillones”.
En el siglo X el Papa Juan VII pide al rey Alfonso III que combatía a los árabes poniendo en esta zona al frente de sus tropas al conde Guisvado a quien en premio le entrega las reliquias de San Adrián y Santa Natalia.
En este mismo siglo el monasterio de Sahagún tiene aquí muchas propiedades, como un monte en Cerecedo, el Monasterio de San Salvador y varios pueblos o villas, entre las que se cuentan Las Bodas, Veneros, Orvilla y Tranto Breto.
El obispo Fruniminio también patrocina la construcción de varios monasterios en el monte de Pardomino, donde viene a vivir a la hora de su retiro pleiteando con Boñar y otros pueblos para defender sus derechos.
También el territorio de Boñar en la edad media tiene numerosas posesiones la familia de los Flainez, condes de Aquilare (Sabero).
En el siglo XI tiene igualmente posesiones en Boñar la familia real de León. Doña Urraca muere sin sucesión y las hereda su hermano el rey Alfonso VI que las entrega a la catedral de León.
En 1164 el conde Ramiro Froilaz es “Teniente de Boñar y Peñamian”.
En 1325 Alfonso XI dona las vertías a Boñar, eximiendo al obispo Manrique de dar los postres cuando viviere en León permitiendo que las posesiones de la iglesia de León se extienda a Boñar y Lillo, lo que confirma el rey Alfonso X en el año 1329.
En el siglo XII Boñar ya es realengo.
El 2 de Abril de 1206 el rey Alfonso IX dona territorios de Boñar al monasterio de Valdediós.
Fernando II en el año 1334 dona también a Valdedios el portazgo del puente de Boñar y el hospital.
En 1361 se dice que Valdediós tiene granjas en Boñar.
En tiempos de Carlos V (siglos XV y XVI) se sabe que los condados de Colle y Boñar están en manos de los Guzmanes de León. El 11 de mayo de 1521 el emperador confisca los bienes de Boñar, Colle, Valdore y Vegas del Condado por valor de 8000 florines de oro y 26668 mrs. y se venden las casas de Boñar, Colle, Solle y Redipollos para pagar la multa imperial.
Los habitantes de esos pueblos se solidarizan con los comuneros y especialmente con su cabecilla en León Ramiro Núñez de Guzmán; por lo que se les llama “gente homiciana”.
Como consecuencia de esto los Guzmanes cedieron los derechos sobre Boñar, Colle, y Aguilar a los Osorios, o marqueses de Astorga, o palacio en Boñar en el que aún campean sus escudos y poniendo cárcel y nombrándoles merino mayores de las montañas de León. Un escrito de la época dice que los marqueses de Astorga Conde de Altamira son los más poderosos de estas tierras después del Papa y el rey de España.
El marqués de Astorga es patrono de la iglesia parroquial de Boñar contribuyendo a su reconstrucción y dejando como obsequio el reloj de la torre al que el pueblo dio el nombre de El Maragato. Su torre es del siglo XVII. La parte delantera del templo se construyó en 1815 y la parte de atrás en el año 1895. Es una buena obra de estilo renacentista.
En 1652 Boñar sufrió un tremendo desastre a causa de una crecida de las aguas que llevó muchas casas, luego reedificadas en el lugar donde esta hoy la villa, lejos del río. Semejantes avatares se repitieron por dos veces a finales de siglo flotando los carros en la plaza del Negrillón.
Boñar a la hora de la conquista de América sitúa allí a algunos de sus personajes, uno de ellos con el titulo de Intendente General, como aun hoy lo demuestran algunos escudos milenarios de la Villa. El catastro del marqués de la Ensenada de 1752 da a la villa de Boñar 360 habitantes.
En la guerra de la Independencia actuó aquí el general Díaz Porlier, el “marquesito”, que formó una división mixta con objeto de conquistar la ciudad de León.
También actuó aquí el general Castañon, natural de Vegamián.
En la carlistada, el que había sido alcalde de León, señor Balanzátegui, reunió aquí 200 escopeteros con los que pretendió dar la batalla al General Espartero y sus tropas, pero los liberales dirigidos por Álvarez Acevedo le obligaron a huir encontrando la muerte cerca de Guardo.
En 1836 se extiende el concejo de Boñar que lo formaban nueve lugares (Boñar, Oville, Barrio de las Ollas, Adrados, Cerecedo, Palazuelo, Vegaquemada, Candanedo y Llamera), formándose el nuevo ayuntamiento de Boñar.
En el año 1894 llega el ferrocarril hullero desde La Robla a Boñar iniciándose el crecimiento y conversión en la villa de servicios y centro comercial de la comarca.
La casa consistorial se edifico en el año 1898.
También se acometió pronto la construcción de la carretera de Boñar al Puerto de San Isidro.
Se establecieron los mercados de los lunes, las ferias del 2 y 3 de Febrero o de las Candelas, 10 y 20 de Marzo o San José, 29 y 30 de Junio o San Pedro, las de Julio, el día 12 de Octubre las del Pilar y los días 28 y 29 de Noviembre las de San Gregorio. En ellas sobresalió por mucho tiempo la raza de vacuno pardoalpina de la región.
Su industria tradicional fue la “piedra de Boñar” con la que se construyo la catedral, San Isidoro y otros muchos edificios de piedra y sillería. Se hicieron famosos sus deliciosos dulces, “los nicanores”, creados por el famoso confitero Nicanor Rodríguez.
Industria de gran volumen ha sido la fábrica de talcos que comercializa este producto a nivel nacional. El Negrillón que parece arrancar del siglo XVI fue por mucho tiempo el símbolo de la villa, habiéndose secado hace algunos años, si bien se ha procedido a petrificarlo para su conservación.
La iglesia parroquial tiene como titular a San Pedro apóstol y esta dotado de párroco y coadjutor. Son notables los pasos de semana santa que en parte fueron destruidos por un incendio hace unos años.
En las afueras esta enclavada la ermita de San Roque, edificio de sillería y mampostería donde tiene su sede la cofradía encargada de contribuir al esplendor de las fiestas patronales que se celebran el día 16 de Agosto.
En el folklore hay que destacar la llamada “jota de Boñar”, “los aluches” o la lucha leonesa y los bolos.
Hoy Boñar es un centro turístico muy importante y apropiado para el veraneo, la natación, la acampada, el senderismo, el montañismo, etc… contando con el magnifico complejo “El Soto de Boñar”.
De todas estas bellezas consta Boñar, no obstante las más celebradas son el Maragato y el Negrillón, según canta la copla:
“Dos cosas tiene Boñar
que no las tiene León;
el Maragato en la torre
y en la plaza el Negrillón”
También Boñar es paso obligado para el deporte de la nieve en la estación de esquí del Puerto de San Isidro